Corría el año 1994; era “el año de la familia”, promovido por la ONU, pero a cuya iniciativa Juan Pablo II quiso que la Iglesia se sumase. Aquel año, en Roma, tuvo lugar el primer encuentro mundial de la familia.
Hoy, 24 años después, se celebra una nueva edición de tan maravilloso encuentro, en el cual, la familia ocupa el centro de toda la jornada. Las diversas actividades (lúdicas, culturales, formativas, de debate, celebraciones litúrgicas, exposiciones, muestra de diversas iniciativas apostólicas y de acompañamiento a la familia, etc.) buscan colocar a la familia en el centro de la vida y fundamento de la sociedad, pero también de la Iglesia. Si Dios es Trinidad, vive en comunión, es Amor, así la familia vive de modo análogo esta comunión y amor.
Bajo el lema “El Evangelio de la familia: Alegría para el mundo” (elegido por el Papa Francisco) se tratará de reflexionar sobre la familia a través del último documento pontificio sobre la misma: Amoris Laetitia. Los tres grandes momentos del encuentro vertebrarán y darán forma a los diversos capítulos de la exhortación apostólica, dando voz a familias y ponentes sobre como vivir, celebrar y orar los diversos aspectos. Estos tres actos son: el congreso pastoral (de miércoles a viernes), el festival de las familias (el sábado a la tarde-noche) y la Misa conclusiva (el domingo a la tarde). El encuentro, además, contará con la presencia del Papa Francisco, que viajará el sábado a la mañana y regresará a Roma el domingo a la noche.
Más de medio millón de persona se darán cita estos días en Dublín para el encuentro mundial. Y también nosotros disfrutamos, y seguiremos haciéndolo, de este maravilloso y bendecido evento. Acompañadnos con la oración; en especial por las familias, por Irlanda y la Iglesia que peregrina en estas tierras, y por el Papa. Nosotros intentaremos seguir aprendiendo y os contaremos alguna cosa más de estos días.
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