Ángelus del Papa Juan Pablo II en el Domingo «Gaudete» del 2003
1. «Estad siempre alegres en el Señor… El Señor está cerca» (Filipenses 4, 4-5).
Con estas palabras del apóstol Pablo, la Liturgia nos invita a la alegría. Es el tercer domingo de Adviento, llamado por este motivo domingo «Gaudete». Son las palabras con las que el Siervo de Dios, el Papa Pablo VI, quiso titular, en 1975, su memorable exhortación apostólica sobre la alegría cristiana, «Gaudete in Domino!».
2. El Adviento es tiempo de alegría, pues permite revivir la espera del acontecimiento más alegre de la historia: el nacimiento del Hijo de Dios de la Virgen María.
Saber que Dios no está lejos, sino cercano; que no es indiferente, sino compasivo; que no es ajeno, sino un Padre misericordioso que nos sigue con cariño en el respeto de nuestra libertad: este es motivo de una alegría profunda que las cambiantes vicisitudes cotidianas no pueden arañar.
3. Una característica inconfundible de la alegría cristiana es que puede convivir con el sufrimiento, pues se basa totalmente en el amor. De hecho, el Señor que «está cerca» de nosotros, hasta el punto de hacerse hombre, viene a infundirnos su alegría, la alegría de amar. Sólo así se comprende la serena dicha de los mártires incluso en medio de las pruebas, o la sonrisa de los santos de la caridad ante quien está en el dolor: una sonrisa que no ofende, sino que consuela.
«Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo» (Lucas 1, 28). El anuncio del Ángel a María es una invitación a la alegría. Pidamos a la Virgen Santa el don de la alegría cristiana.
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