Yo no padezco la «bibliomanía» pero sí que puedo decir que me encanta comprar y leer libros. Cuando aún tenía doce años y era un joven con una paga pequeña, le pedía libros a mis padres porque ahorrar esa «misión imposible». En un campamento me recomendó un sacerdote leer Historia de un alma. Estaba loco. El sacerdote, no yo. ¿Un adolescente leyendo semejante libro? La razón de esta afirmación está en que este libro trata de la vida de Santa Teresita del Niño Jesús, carmelita descalza que narra su propia vida. Una carmelita francesa, co-pratrona de las misiones, que vivió como una apasionada de Jesucristo.
Pero yo fui tan dócil que me lo leí. Me costó empezar. Pero luego, no dejaba de leerlo. Me apasionaba no solo la lectura, sino también la entrega que ella tenía y que mi corazón anhelaba con un: «yo quiero vivir lo mismo».
¿De qué trata la obra? Es una recopilación de cartas que Santa Teresita escribe para narrar su corta vida, aquellos sucesos que la marcan, y los pensamientos y deseos que vive en su corazón. Es la santa de la «infancia espiritual» porque vive todo buscando ser una niña en brazos de su Señor, viviendo su humildad en la pequeñez y sencillez de un niño. De ella tenemos pasajes muy bellos sobre qué es el oración, como la santidad es una escalera que ha de subirse para llegar al Cielo, su vocación a ser el amor en la Iglesia, su deseo de ser misionera, etc.
Es una vida sencilla pero marcada por un profundo amor a Cristo. Así es como uno aprende a ser santo: a amar a Dios en las cosas más pequeñas del día a día. Por eso me atrevo a recomendar la lectura como un día lo hicieron conmigo. Creo que cualquiera puede leerla y que le enriquecerá. Yo, pronto, volveré a hablar de esta santa para que veamos cómo ella habla de la oración con uno de los textos más preciosos que, para mí, contiene ese libro.
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